¡Un puente de tres días en el que todos los días parecen domingo!
Touché, desmadrito, touché.
Y así fue como el día más horrendo de la semana se convirtió en tres para arruinarnos el puente vacacional a los que no salimos de la ciudad.
El viernes hubo algo de rock y todo bien, pintaba para un buen fin de semana lleno de diversión, alegría, fiesta, alcohol, música, amigos, confetti... NOT, el viernes terminó algo tarde y el sábado empezó muy temprano para mi y el cansancio se acumuló en mi cuerpecito, no ayudó mucho el hecho de caminar horas por el centro histórico, pero lo bueno que salió de ese viaje es que ahora puedo jugar con un Wii y ¡ah qué divertido que es!, el jugar la tarde de sábado con dicha consola hizo que no sintiera la falta de fiesta que mi cuerpo empezaba a reclamar como a las nueve de la noche, después de varios intentos de buscar una tertulia, una fiesta, reunión, una vulgar borrachera o hasta un bautizo con alcohol gratis, me resigné ya que pocos contestaron mis mensajes, algunos estaban enfermos, otros se hacían güeyes, otros tenían planes, la mayoría estaba igual de aburridos o ahuevados y decidieron "guardarse" y así fue como a las diez de la noche terminé en pijama y jugando Wii de nuevo en casa de mis padres, ¡al diablo! pensé y me quedé ahí a pasar la noche, de todos modos no había plan ni salvación y en mi casa no había comida.
Y esa noche fue como un flashback a mi impopular adolescencia, en donde los fines de semana no hacía mas que ver televisión, leer y escuchar música hasta entrada la madrugada, mientras todas mis amigas se divertían en fiestitas mamonas o en el antro que estuviera "in", ligando chicos que a sus 16 años actuaban y se vestían como señores de 35, todos unos caballeritos genéricos de flojera, eso pensaba yo y lo sigo pensando. La mayoría de esas amigas de la secundaria y prepa ya están casadas con sus respectivos caballeritos (algunas con los originales de esas épocas), unas hasta hijos tienen; sus vidas han de ser como unos domingos eternos, eso pienso yo ahorita, pregúntenme en diez años, a ver si no soy yo la del domingo eterno como modus vivendi.
El domingo per se no tenía muchas esperanzas de sobresalir por el simple hecho de ser domingo: un día familiar, día de guardar (la capacidad de divertirse y pasarla bien), de quedarse en casa, día de ir a misa -inserte su broma, sí, esta chica a veces va a misa en familia-, día de comer mucho, hacerse pendeja y cuajar como gelatina el resto del día. Se supone que éste era el día que, como puente, debía aprovecharse con una super fiesta dominguera que terminara en lunes, total, no había que ir a trabajar. Pero no fue así, igual que el sábado, pocos mostraron signos de vida y los que se reportaron tenían ganas de hacer nada, había un caso grave de apatía/flojera colectiva y contagiosa.
No me quejo, para ser domingo terminó muy bien.
El lunes empezó gris y con toda la intención de ser una extensión del día antecesor y así fue, día familiar de nuevo, de jugar Wii hasta que los brazos me dolieran y ya desesperada en la tarde decidí buscar como último recurso de diversión alguna película decente en el cine y para mi estúpida suerte, estas últimas dos semanas no ha habido algo digno de ver, pura basura nacional e importada, irónicamente en estas semanas es cuando más he ido al cine, a hacer corajes nada más. Neciamente insistí en ir al cine, pocos amigos contestaron y por alguna razón no podían acompañarme, a excepción de Nanny nanny boo boo, mi compañero de movies gratas y non gratas y juntos nos aventuramos a otra sesión de basura cinematográfica. Vimos
Good luck Chuck, pfft! ni qué decir, sabíamos que íbamos a ver una idiotez y así fue, de esas películas que sabes el final apenas empiezan, ni siquiera las decenas de desnudos innecesarios y sexo en situaciones "chuscas" salvaron más de cinco minutos de película, ni siquiera ver a Jessica Alba en calzones. En mi plan sour hasta le hacía jetas a la pantalla y mentaba madres cliché tras cliché. Pero bueno, nos distrajo un par de horas de la triste realidad de lunes.
Terminé el día y el puente cenando de manera atascada y grosera para aliviar mis penas y hambre, grave error, es por eso que no puedo dormir y escribo para quejarme cual señora amargada, disculpen ustedes, pero espero comprendan el feeling de lo que es la insoportable levedad del domingo y más cuando se extiende por días sin razón alguna. Espero ustedes la hayan pasado mucho mejor, fiesteado mucho fuera de la ciudad, hayan asoleado sus cuerpos, bailado y divertido como blondes en spring break.
Y ahora, unas imágenes domingueras que expresan ese sentimiento de letargo:
PD: ¿Podría dejar de decir "domingo"? gracias.